En una ocasión una
persona, de avanzada edad se sentó junto a mi, en una banquilla bajo la
abrazadora sombra de un árbol, sin conocerla comenzamos una larga
platica; la tarde cayo y aquella persona se marcho. Que daría por ser el
tiempo y regresar para encontrarme de nuevo con la mejor persona que
conocí ese día, pues esa persona era yo.
Si al fin conseguí cuanto adquirí, como saber que no obtuve
Si un requinto de cuerdas tocan en la noche
Se que no llaman mi nombre,
Porque el fin esta en donde lo deje, la noche que lo vi.
Pensamientos todos difusos, más tiempo no requiero para saber lo que hoy es; más que nunca necesito primero comprender, ¿por qué razón sigo soñando despierta? Al menos el saber que los días pasan es suficiente como para abrumarme con cosas convertidas en fantasmas.
Si al fin conseguí cuanto adquirí, como saber que no obtuve
Si un requinto de cuerdas tocan en la noche
Se que no llaman mi nombre,
Porque el fin esta en donde lo deje, la noche que lo vi.
Pensamientos todos difusos, más tiempo no requiero para saber lo que hoy es; más que nunca necesito primero comprender, ¿por qué razón sigo soñando despierta? Al menos el saber que los días pasan es suficiente como para abrumarme con cosas convertidas en fantasmas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario